Un restaurante íntimo, donde la cocina se hace con calma y el tiempo se saborea.
Un espacio para reencontrarse con el placer de comer bien.
Con cariño. Con atención. Con sentido.
En Plëgat no hay prisa.
No hay ruido.
No hay atajos.
Solo producto, fuego y conversación.






Nanín Pérez
Nanín no necesita decir demasiado.
Se nota en cómo cocina.
Plëgat es un homenaje a sus comienzos, a esa cocina donde descubrió la vocación, el respeto por el oficio, el valor del trabajo bien hecho.
Donde entendió que un plato también puede contar una historia.
Ahora, con años de aprendizaje, técnica y mirada propia, tras haberse seguido formando en grandes cocinas como las de L’escaleta, Rodrigo de la calle, Mugaritz y Ricard Camarena entre otros, vuelve a aquello que lo inició todo.
Y lo hace con gratitud, desde la madurez, y con la misma pasión intacta.
La Carta
Una propuesta viva. Con memoria, con producto, y con el deseo de emocionar.
Trabajamos con lo que la temporada ofrece: alcachofas de Villena, guisantes del Maresme, productos del Mercado Central, pescado de lonja…
Aquí no hay discursos extensos ni fuegos artificiales.
Solo una propuesta cerrada, pensada para disfrutar con tiempo y sin interrupciones.
Los Vinos
La selección de vinos en Plëgat no sigue etiquetas ni modas.
David Rabasa ha diseñado una bodega que escucha al plato y a quien lo acompaña.
Pequeños productores, historias que emocionan, etiquetas con alma.
Un vino para cada momento.
Nuestros Productores
En Plëgat no hablamos de proveedores.
Hablamos de personas. De confianza.
De relaciones que se cultivan con tiempo, como los ingredientes que nos traen.
Conocemos a quienes están detrás.
Sabemos cómo trabajan.
Y los elegimos porque su forma de hacer las cosas se parece mucho a la nuestra.



